Tres días caminando

Tres dias cominando…. 6 Legionários sin tener como represar a casa… 15 jovens Legionário tres dias “botados” en el camino… 1200 Legionários de Maria renovando sus compromisos legionários…numerosos vocacionados…

Una vez dije que un servicio, una experiencia misionera en África ayuda mucho a la vida de un Sacerdote, Religiosa o laico, y, continuo afirmando esta verdad.
Cada día, sobre todo; cada fin de semana tiene su novedad, su riqueza, sus “dificultades” apostólicas. Procuro vivir intensamente el Viernes, Sábado y Domingo. Regreso a Lubango: super cansado, “partido” por los largos viajes en caminos llenos de hoyos y en estos meses con mucho polvo, con hambre y sed, pero todo esto es nada en comparación con los testimonios de fe vividos, ese contacto con “multitudes” de gente; pobres, materialmente, ricos de fe, esperanza y amor, uno llega consolado y “pagado”, uno llega feliz y edificado, uno llega animado y “santificado”. Bendito seas Padre de las Misericordias. Pero, mejor, vamos a los hechos que me hacen decir y compartir esto...........
A las 6 H. Del Viernes salimos rumbo a Kakonda, se necesitan unas 8 a 10 horas de viaje, para celebrar dos encuentros en esa antigua Misión ( Parroquia): con Legionários de Maria y con la Pastoral Vocacional.
Sabemos que solo ante Dios nos arrodillamos, pero, pienso que arrodillarse delante de Legionários y besar sus pies, que caminaron tres dias para ir y tres dias para regresar, el Buen Dios no sentiría ningún malestar, tal vez, todo lo contrario, una grande alegria por este testimonio de su existencia y de su amor, visiblemente presente en la vida de tanto de sus hijos, de sus hijas.
Por favor, Señor, aumenta mi amor por Ti y por mis hermanos! Amén.

Salimos desde Lubango tres vehículos; una vieja camioneta con 15 jóvenes, un furgón-taxi con 6 adultos y mi vehículo.
Los 6 adultos llegaron a Kakonda el Sábado a las 8 de la mañana, y, hasta hoy Lunes todavía no encuentran vehículo para regresar, sabemos el día y la hora para salir, pero no podemos programar el día y menos la hora para llegar.
Señor dame generosidad para servirte, sin contar los dias, las horas, solo servirte a Ti, Señor del tiempo y de la historia. Amén.

Cuando el Domingo veníamos de regreso a Lubango, encontramos la vieja camioneta con los 15 jóvenes en la carretera, estaban allí desde el Viernes y solo tenían esperanza de regresar hoy Lunes a Lubango, ya que un amigo del chofer pasaría por ese lugar hoy Lunes. Comiendo; cualquier cosa, durmiendo junto al vehículo, en el suelo, con frío, con miedo a las cobras, pero, que animo y maravilla de jóvenes; ninguno se quejaba, ninguno parecía triste, me decía el jefe del grupo, “hemos estado cantando y rezando... Dios siempre es bueno, nos dejo aquí junto a una poza con agua... y que agua tan sucia ¡ Uno no encuentra palabras para decir, si ellos te enseñan tanto, con su vida..
Amigo que nunca fallas, Jesús, dame la gracia de no quejarme ante las pequeñas y grandes dificultades en mi Ministerio Sacerdotal. Amén.

Trato de acompañar y servir alguna cosa a la Legión de Maria y a la Pastoral Vocacional, por eso estas visitas a las Parroquias de la Arquidiócesis. El día Sábado 2 de Julio ( cumpleaños de mi papá Héctor). En Kakonda, por la mañana encuentro con los Legionários, unos 1.200 renovaron sus compromisos, que solemnidad, que emoción, que lección de amor a la Virgen Maria, solo contemplaba ese “ejercito en orden de batalla” y era contemplar a Dios y a la Santísima Virgen Maria. Una grande lección para mi.
En la tarde, un encuentro con la Pastoral Vocacional, mas de 80 niños y jóvenes, de ambos sexos, con sus responsables. Todavía tenemos esta bonita primavera vocacional. A las 17.00 H. Eucaristía con todos.
El Domingo, ya de regreso, pase a otra Parroquia: Kalukembe; Celebré la Eucaristía a las 8 de la mañana, terminada la Misa encuentro con la Pastoral Vocacional de esa Parroquia; unos 35 jóvenes de ambos sexos, con sus responsables.

Señor, te agradezco poder servir a la Legión de Maria y a las Vocaciones, ambos servicios animan, purifican y alegran mi Sacerdocio. Amén.

Salir de tu mundo, no es fácil, pero facilita...
Salir de tu mundo, hace bien, para hacer el bien a otros....
Salir de tu mundo, te renueva, para ayudar a renovar...
Salir de tu mundo, te amplia el horizonte, para mostrar a otros la “tierra prometida”...
Salir de tu mundo duele, para poder aliviar el dolor de otros...
Salir de tu mundo, para seguir buscando a Dios y mostrarlo a otros...

Señor me gusta ser misionero, porque pienso que también te gusta a Ti y a tu Madre y a la Iglesia. Te agradezco poder servir aquí y ahora, perdóname, por no ser el misionero que tu esperas y quieres, por favor ayúdame a cumplir con alegría la misión que me encomiendas por medio de la Jerarquía de la Iglesia. Amén.

Los niños en Angola

Una carta para cada uno y para todos……….leerla… difundirla…..

Querida Familia, Amigos:

Hace muchos meses que no escribía una carta – vivencias – reflexiones, la razón, al decir verdad... el aumento notable de trabajo, preocupaciones, lo que no me permite “detenerme” por mucho tiempo a escribir, en las noches, cuando, a veces, tengo mas tiempo, ya estoy cansado, o no tenemos energía eléctrica.... solución, irme a la cama... escuchar un poco radio en “onda corta”, para saber que pasa en el mundo... luego, dormir...

En esta oportunidad deseo compartir con Uds. Sobre la situación de los niños en Angola, que los hay, para exportar por todo el mundo y todavía quedarían muchísimos. Por donde un va los encuentra por montones, en las mas variadas funciones, de las cuales muchas, no corresponde para ellos.

Bien alguien dijo “ que un niño es una sonrisa de Dios”; si e no. Si, porque son bonitos, puros, inocentes, amistosos, tiernos... etc.... y no, porque aquí: son tan re-pobres, tan re-“sucios”, sin escuela, sin salud, mueren por cantidades “industriales” , son los mas frágiles y vulnerables, realizan trabajos inapropiados, duros, peligrosos, expuestos al cualquier desgracia.
Gusto mucho de verles, contemplarles, hacerles un cariño, regalarles un caramelo, una medalla.

Cuando paso por las “plazas”, mercados populares, donde uno encuentra de todo y a todos, ellos salen a vender. Cualquier cosa: un caramelo, un paquete de galleta, verduras, fruta, una bebida, carne azada con tierra, moscas, manoseada por mil manos y manos, cual de todas mas sucia, corren de un lado para otro para conquistar un cliente, siento una pena, hasta muchas veces llorar, cuando veo que no venden nada, absolutamente nada. Por cierto cuando ven a un “blanco” se amontonan para ofrecer su productos y te quedan mirando, conversando entre ellos, sobre uno, les hago algún gesto, les sonrío, les digo una palabra, les cierro un ojo, les doy la mano, y todo se cuelgan de mi mano, las niñitas mas tímidas, sienten vergüenzas y agachan su cabecita, se contornan... y no tengo duda: quedan tan felices y con nada... por cierto, estos “vendedores”: sin zapatos, sus pies partidos, desfigurados, sus ropas, que parecen trapos, sucios de polvo y de todo... que comerán?, irán a la escuela?, donde dormirán ?, tendrán mamá, papá ?.... Cómo no hacer algo por ellos?

Nunca había visto morir a un niño; es terrible, a pesar de la certeza del cielo para ellos... es horrible...y cuanto mas debe ser para los papás, sus familias... es horrible...El paludismo, la malaria, la tuberculosos, hepatitis, sida, desnutrición, diarrea, fiebres altísimas... es horrible... en un “hospital” en Hoque: una “cama” con alambres torcidos, viejos, oxidados, sin colchón, sin sábanas , sin frazadas, una estera sobre los alambres, pieza oscura, sin ventilación, no tiene ventanas.... horrible.... Cómo no hacer algo para que vivan por mas tiempo?

Con que juegan ¿ Por cierto no conocen los juguetes... entonces, con que juegan? Con tierra, con piedras, latas de bebidas viejas, que sacan de basureros o encuentran en las calles, cartones, también tirado de los basureros. Algunos mas ingeniosos de estas latas de gaseosas y pedazos de alambres viejos, oxidados, recogidos; “fabrican” “autitos” que van tirando con un palito y un pedazo de hilo. Por cierto que las niñitas no conocen, las muñecas u otros juegos propios de niñas....Cómo no ayudar a estos niñitos/as ?

Sus estudios...?, un gran número estudian o mejor dicho van a la escuela y otro grande número de ellos, simplemente no van; razones; tienen que “trabajar”, estudiar, para que?, no tienen lo necesario para la escuela, las epidemias atacan a los mas débiles, quedan enfermos y un grande numero de ellos se mueren...no se alimentan, no se protegen del frío, del calor, del viento... de tantos bichos.....Seamos generosos con ellos y ayudemos !

En la mayoría de las escuelas no tienen nada para sentarse; algunos llevan un pisito de palos y cuero o una silla pequeña plástica, otros sentados en piedras, en el suelo, por cierto el “profesor” tampoco tiene mesa y silla. Salas muchas veces sin puertas ni ventanas, y en el campo: debajo de árboles... imagínense cuando llueve ¿... Me contaba un profesor, que hizo una prueba a sus alumnos, solo uno pudo responder una pequeña cosa, el resto: nada. De las tres o cuatro horas, que normalmente tienen, solo hacen una o dos, el resto, por mil razones, sin razones no pasa nada, por cierto que en la casa, los papás no saben mucho y nada o poco pueden ayudar....Apadrinemos niños, niñas para que puedan estudiar !

En todas partes hay muchos niños que saltan, juegan, ríen, están... etc. Y por cierto que en la Iglesia, en las capillas, participan por montón. En un comienzo en “mis” Misas, siempre los niños al final, haciendo mil piruetas para ver al Sacerdote y mirar para adelante.... Ahora, es una maravilla, en los primeros “asientos” lleno de niños y los que llegan mas tarde, luego les llamo a sentarse muy cerca del Altar. Por cierto, había que decir alguna cosa, enseñar, motivar... Tener a estos niños bonitos y puros cerca de uno es una bendición y fortaleza. Me ayuda, me anima y me desafía.... Demos gracias a Dios por lo niños, nos ayudan a ser solidarios !

Le invito a APADRINAR un niño/a, invite en su familia, a sus amigos, en su trabajo a ayudar a ser feliz a tantos niños que esperan su cariño: Con 5, 10, 20, 50 o mas dólares, por mes, según sus posibilidades...

Siento y creo que es el mismo Señor Jesús que permitió que yo esté aquí, y, es el mismo Señor Jesús que esta invitando a Ud. Para ayudarnos...
Juntos podemos mucho.
Un abrazo grande de cariño y esperanza.
p. luis.
( Jul.2004)

Muy queridos Familiares y Amigos.

Para todos mi recuerdo cariñoso y siempre agradecido.
Ya llevo tres años de servicio misionero aquí en Angola, donde pienso que el Señor Jesús me trajo. Agradezco esta rica, fuerte y valiosa experiencia.

Una señora amiga, la semana pasada me envió un e-mail para decirme que me quería hacer algún regalo con motivo de celebrar este 21 de Junio mi onomástico, por cierto agradezco de todo corazón este gesto de afecto y solidaridad para con este pequeño misionero. No lo puedo negar que las necesidades y urgencias son muchas y varias. Para mi personalmente no necesito, pero, si necesito regalo, ayudas económicas para mi trabajo Pastoral, Social y de Caridad. Nuestro país de Angola es pobre y por lo tanto la Iglesia también es pobre. Debo “golpear portas” y procurar ayudas para realizar mi servicio misionero. Este gesto de la señora amiga, me inspiró y motivó CONVIDAR a mi familia y amigos poder enviar su regalo con motivo de San Luis y que este regalo se pueda traducir en dinero. Aquí todo nos sirve, los granos de arena juntándose forman un bloco. Desde ya les agradezco mucho vuestra ayuda. Uds. Así se unen y están misionando conmigo, y la certeza de la bendición de Dios.

Las personas en Chile pueden depositar en la siguiente cuenta de ahorro en el Banco del Estado: 13760329120 a nombre de Luis Brevis Muñoz.

Las personas de fuera de Chile, pueden depositar a BANCO FOMENTO ANGOLANO – Lubango . Rua Pinheiro Chagas 117. Bairro Comercial. Swift (código del Banco) BFMXALOU cuenta número 99968004/31 a nombre de Luis Ernesto Brevis Muñoz

Agradezco me envíen unas palabras para decirme en que debo utilizar el dinero: Trabajos Pastorales, Obras Sociales etc.
Un abrazo grande de afecto, recuerdo y gratitud.

padre Luis

Padre Luis Brevis, misionero diocesano en Angola:
“En África no hay nada, pero uno vuelve con mucho en el corazón”

En abril de 2002 y a la edad de 48 años, este sacerdote chileno dejó la Prelatura de Illapel para integrarse como misionero en la Arquidiócesis de Lubango. Después de cuatro años, se declara cinco veces más feliz. Aquí nos detalla su experiencia y las razones que lo motivan a volver.
El padre Luis Brevis dice que su vocación ad gentes fue despertando poco a poco. Primero, cuando tenía 12 años y tras escuchar los relatos de misioneros españoles del Seminario Menor de los Capuchinos en Paine. “Algunos habían estado en Asia, otros en África y nos contaban sus vivencias. Los capuchinos son eminentemente misioneros”, relata.
Luego ingresó al Seminario Mayor de San José de la Mariquina, donde los curas alemanes fueron para él ejemplo de entrega al servicio del Reino. “También me marcaron mis papás, que siempre fueron muy serviciales a la sociedad, ayudaban a los más pobres. Hoy ya están muy ancianos y por eso me preocupo de venir a verlos cuando puedo”, agrega.

Se ordenó como sacerdote hace 25 años y al llegar a la Prelatura de Illapel tuvo oportunidad de conocer al gran obispo misionero belga, don Polidoro Van Vlierberghe. Hace 15 años, el padre Brevis le pidió permiso a su actual obispo, monseñor Rafael de la Barra, para irse de misionero a África.

• ¿Por qué ese continente y no otro?
“Porque siempre los misioneros que conocí hablaban de ese continente y porque uno lo relaciona con pobreza, miseria, injusticia, epidemia, abandono. Quería servir en alguna cosa. Le pedí permiso a mi Obispo y me dijo que no; hablé con mi director espiritual y también me dijo que no. Yo me dije que tal vez el Señor todavía no me quería como misionero, me faltaba quizás madurez”, responde.
Sin embargo, en junio de 2001 durante un retiro leyó el libro titulado “Deja que África te hable”, y sintió renacer su entusiasmo por la misión. Un encuentro posterior con las religiosas teresianas que trabajaban en Canela fue providencial en tal sentido.
“La generala de la Congregación me contó que en Angola ellas tenían muchas casas y que las hermanas tienen gran necesidad de sacerdotes. Hice los contactos y ellas me dijeron que era bienvenido. Se comunicaron con el obispo de Angola, monseñor Zacarías Kamuenhu, un gran hombre de enorme capacidad de trabajo apostólico, que es mi actual obispo y aprendo mucho con él, porque también le ayudo unos días a la semana en su secretaría personal”.
Así, esta vez con el beneplácito de monseñor Rafael de la Barra y de su director espiritual, el padre Luis Brevis partió a Angola a los 48 años de edad. Hoy tiene 52 años y pese a que algunos le decían que su edad era muy avanzada para salir a misionar, él asegura que “para servir no hay edad”.
“En Angola hay muchos sacerdotes viejos, más viejos que yo, con una capacidad de servicio superior a la de los jóvenes. Incluso yo todavía prefiero a las monjas mayores, formadas en esa escuela antigua de entrega, de apostolado, de servicio misionero”.
¡POR FIN ÁFRICA!

• ¿Cómo se preparó para la misión?
“Antes de salir de Chile fui a visitar al Nuncio Apostólico, que estuvo cinco años en Angola. Me dijo cosas muy certeras y maravillosas, por ejemplo, que me aguardaba mucho trabajo, muy duro, pero también muy consolador. Y así ha sido. Me ayudó también pasar unos meses en Portugal primero, porque allí además de aprender algo del idioma pude conversar y conocer misioneros que iban o venían de África. Ese contacto fue muy enriquecedor. Cuando por fin llegué a Angola, lo hice llorando, era mi anhelo, ¡por fin África!”.

• ¿Cómo se siente después de cuatro años de misión en África?
“Yo me siento muy feliz, siempre digo que si en Chile fui feliz como padre durante 20 años, en Angola soy, no el doble sino cinco veces más feliz”.
Se desenvuelve bien en su “portuñol”, porque Angola fue colonia portuguesa. Se hablan muchos dialectos además del portugués. “Trabajo en un área donde hay 75 aldeas, cada una con una capilla. Deben ser unos cien mil habitantes en total. Lubango se llama la ciudad donde resido. Los fines de semana atiendo de viernes a domingo un área pastoral que es bien pobre: Kakula y Oke, que son mi pulmón espiritual. Allí se hablan tres o cuatro dialectos diferentes. Siempre me acompañan catequistas que son laicos muy comprometidos y disponibles, con una capacidad de entrega maravillosa y ellos traducen algunas introducciones de la misa de mi portugués al dialecto y la homilía”, explica el sacerdote.
Después de 30 años de guerra civil, varias generaciones de angoleños no tuvieron educación. El país quedó materialmente destruido y familias enteras fueron disgregadas. Recién en 2001 llegó la paz, pero no la prosperidad. En la reconstrucción trabajan todos, incluidos los misioneros. “Es gente maravillosa aunque muy empobrecida. Tratamos de animar su vida evangélicamente. Existen misales en dialectos como el umbundo, que es el más hablado, son lenguas muy diferentes y difíciles de aprender. Un 55% de los habitantes es católico, y entre un 20 a 30% pertenece a iglesias cristianas hermanas no católicas”, agrega.

• ¿Cuál diría que es el principal obstáculo del país para salir de su pobreza?
“La corrupción, porque Angola tiene mucha riqueza en diamantes y petróleo. En los tiempos de guerra, el dinero se iba en armas. En la actualidad, sólo un 5 a 10% de los habitantes concentran la riqueza, se roba y el resto la pasa mal, mal”.

• ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de los angoleños?
“Su enorme capacidad de acogida, es emocionante cuando uno llega a una aldea y sale a recibirte un coro maravilloso formado por 40, 60, 80 jóvenes que cantan extraordinario, a voces, con sus tambores, llevan la música en la sangre. Usan canciones de bienvenida, no cualquier tema. Se alegran mucho con la llegada del sacerdote, es sobrecogedor. Los africanos tienen un sentido de teología natural, valoran mucho la presencia del enviado de Dios, que es una persona esperada. También me admira el respeto que tienen por el adulto mayor, por el anciano. Ellos emplean la palabra viejo con cariño y veneración. Tienen una visión más amplia de la familia, que es todo el clan, no hablan de parientes sino de familia, un valor que hemos perdido en nuestras sociedades”.

• ¿Cómo es el compromiso de la Iglesia?
“Es de un 100%, no hay que andar laceando a los catequistas sino, al contrario, hay que decirles que no vengan tanto. Tienen una sed de formación muy grande. Los fieles nunca andan con su tiempo limitado, caminan 10 horas o días enteros para asistir a la Santa Misa. A pesar del sufrimiento es un pueblo muy agradecido de Dios. Eso es muy impactante para uno que ha visto gente sufrir mucho menos y se aparta estúpidamente de Dios. En Angola he visto que el dolor los empuja y los acerca más a Dios. Yo pienso que sirvo muy poco para todo lo que recibo de mi Obispo, de mis hermanos sacerdotes, de las religiosas, de los laicos, de los más pobres de África”.
• ¿En qué consiste su labor?
“Tengo varios frentes misioneros. Me considero, eso sí, poca cosa, pero como dice San Pablo, Dios elige lo pobre para confundir a los ricos, lo peorcito; Dios elige a los ignorantes para confundir a los sabios y creo que ese es mi caso. De lunes a jueves asisto al señor Arzobispo como secretario personal, aprendo mucho de ese hombre tan culto. Los fines de semana atiendo a 75 capillas, la idea es formar una nueva parroquia y estamos creando una unidad pastoral. En Lubango celebro la Santa Misa para los numerosos noviciados de religiosas que existen. Hace 2 años acompaño como asesor eclesiástico a la Legión de María que allá es muy potente, muy fuerte. Deben ser entre 40 a 45 mil Legionarios de María en nuestra Arquidiócesis, son realmente legiones de niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Además, hemos creado una escuela de formación para 140 catequistas y se está intentando abrir hogares para niños huérfanos, de hecho yo vivo en uno de ellos, con 25 niños. También acompaño a una asociación de jóvenes paulistas cuyo carisma es fomentar la buena lectura y con lo que ganan de los libros ayudan a niños de la calle. El año pasado el Obispo me pidió acompañar una Comisión Vocacional pensando en construir algún día un seminario mayor. Estamos en una primavera vocacional, pero falta el discernimiento, purificar la intención para ser sacerdote o religiosa. Un trabajo de enormes desafíos.

• ¿Cómo es ahora su visión de la Iglesia chilena?
“La Iglesia chilena es muy rica, muy profética, comprometida, animada, organizada, tiene buenos obispos. Yo aconsejaría, eso sí, a cualquier sacerdote que tuviese una experiencia misionera en África, porque allá no hay muchos recursos materiales como me decía el Nuncio, ni estructuras en que se pueda confiar para pastorear, allá solo hay que agarrarse de la gracia de Dios. Uno va recreando su sacerdocio y eso ayuda a mantenerse como discípulo de Cristo. En África no hay nada, pero uno vuelve con mucho en el corazón”.

• ¿Algún mensaje que quisiera enviar en particular?
“Como diocesano recomiendo abrirnos más a la misión, a sentirnos siempre enviados. Cualquier sacerdote que vaya a la misión va a crecer, porque está sólo con la gracia de Dios. En África los curas diocesanos chilenos no somos más de tres, debemos estar abiertos a la misión universal”.